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Daniel Ramón.
Connect'UP 2025
Daniel Ramón: «El discurso no tiene que ser perfecto, tiene que ser auténtico»
El empresario y CEO de Podarcis ofrece a los participantes de Connect’Up las claves para estructurar y presentar un 'pitch' eficaz, basado en la claridad, la coherencia y la práctica constante
Un ascensor, unos segundos y una idea. A veces, eso basta para cambiar un destino o, al menos, para intentarlo. El elevator pitch ha dejado de ser una simple anécdota del mundo corporativo para convertirse en una auténtica forma de arte: la de contar una historia capaz de convencer en el menor tiempo posible.
Esa fue precisamente la experiencia que vivieron los participantes de las categorías Start y Youth el jueves 6 de noviembre, durante la sesión 'Preparación del Pitch'. En esta ocasión, el formador fue Daniel Ramón, CEO de Podarcis, quien les ayudó a afinar sus ideas y a transformarlas en presentaciones con impacto.
Durante la sesión, Ramón señaló algunos de los errores más frecuentes. «Uno de los más habituales es la falta de preparación. También ocurre que son demasiado técnicos y no saben 'aterrizar' la idea en un lenguaje más sencillo», explicó. A ello se suma, «el miedo escénico que muchos experimentan al enfrentarse al público».
Para el experto, la clave está en estructurar bien el discurso y practicarlo. «Cuanto más preparado esté, que no memorizado, y con una estructura clara, más fácil será presentarlo», señala. También recomienda incluir una breve presentación personal, «en el momento adecuado, para generar credibilidad ante la audiencia».

Ramón propone a los emprendedores un modelo sencillo para construir un pitch efectivo, basado en tres fases: problema, solución y valor añadido. «Primero hay que identificar el problema que aborda la innovación y exponerlo con claridad. Deben mostrar ese 'dolor' para que el público empatice, y después explicar cómo su propuesta lo resuelve. El principio y el final del discurso son los momentos en los que hay que generar mayor impacto», explica.
A la hora de captar la atención de inversores o jurados, Ramón expone que «el mensaje debe ser muy claro y muy potente y poner de relieve el valor añadido del proyecto. Para captar la atención, se pueden usar elementos de soporte, como datos relevantes, contar una historia o hacer una pregunta retórica. A partir de ahí, un discurso ágil», Y recuerda una de sus máximas: «El discurso no tiene que ser perfecto, tiene que ser auténtico».
El formador desaconsejó memorizar palabra por palabra, porque «el modelo de memorizar genera mucha tensión y, si te sales de ese esquema, te puedes quedar en blanco». En su lugar, propone trabajar sobre un guion flexible. «Hay que tener una frase clave estudiada y grabada a fuego, pero lo que pasa en medio tiene que ser tuyo, con los puntos que trazas. Cuanto más preparado estés, mejor improvisarás», señaló.
Sobre la adaptación del pitch al tipo de audiencia, Ramón insiste en la importancia de simplificar el mensaje. «Lo primero es saber a quién te diriges y tener cuidado de no sobrecargar con datos, ya que puede generar aturdimiento y desconexión». En el caso de dirigirse a un business angel, recomienda centrarse en el problema y la solución. «Los datos económicos deben ser los relevantes y suficientes», apunta.
Ramón explica que la ausencia de preguntas no necesariamente es algo malo, aunque «siempre es mejor que te hagan». «Están las preguntas por expectativa, que son muy buenas porque significan que has generado interés; y luego están las preguntas por confusión, que pueden indicar que el pitch no ha sido del todo claro».
Finalmente, el empresario vuelve a subraya la importancia de la práctica para controlar los nervios y transmitir seguridad. «Es complicado. Lo que recomiendo es practicar mucho. El problema es que normalmente no practicamos lo suficiente», admite. Entre sus rutinas, destaca la grabación de sus propias presentaciones: «Siempre llevo mi cámara y micrófono, me grabo y me escucho para tener una visión crítica de mi pitch».
Además de cuidar el contenido, insiste en la coherencia y la comunicación no verbal. «La información tiene que ser sencilla y coherente. La comunicación no verbal también es clave», apunta. Y concluye: «Cuanto más te veas y más practiques, más seguridad transmitirás».