CroqWorks Studio nace para resolver un problema tan habitual como frustrante en arquitectura y diseño interior. Muchos clientes tienen grandes dificultades para imaginar cómo será un espacio antes de verlo construido. Lo que para un profesional es evidente, para el usuario final puede convertirse en un terreno lleno de dudas y malentendidos. La propuesta de Juan Pardo aborda esta brecha mediante una combinación de motores de videojuegos, realidad virtual y modelado 3D que transforma planos y renders estáticos en experiencias inmersivas que permiten recorrer un proyecto como si ya existiera. Esto mejora la comunicación, reduce errores y evita decisiones basadas en interpretaciones erróneas.

El estudio empieza a consolidarse como una de las iniciativas más sólidas en la intersección entre arquitectura, videojuegos y VR. Pardo detectó que una parte importante del sector trabaja aún con herramientas que no acompañan la forma en que los clientes procesan la información espacial. Tras consultar a estudios de arquitectura y expertos en visualización digital, identificó un patrón que se repetía una y otra vez. «Aparecía el problema de cómo se hacen los renders a nivel estudio de arquitectura de forma tradicional y está claro que tecnológicamente se están quedando un poco atrás».

A esta limitación técnica se sumaba otra todavía más frecuente en el proceso de comunicación con el cliente. «Muchos clientes simplemente no saben imaginar un espacio o entender muy bien qué es lo que se les está enseñando». El proyecto tomó forma cuando Pardo observó la evolución de los motores de videojuegos y entendió que podían ser la base de una herramienta capaz de transformar por completo la experiencia del usuario. Plataformas como Unity o Unreal habían alcanzado un grado de madurez que permitía trabajar con librerías avanzadas, plantillas optimizadas y nuevas funcionalidades como la inteligencia artificial aplicada a las nubes de puntos. La integración de estándares como BIM añadía además eficiencia y escalabilidad, dos cualidades imprescindibles para un producto con ambición de crecimiento.

CroqWorks Studio funciona íntegramente en línea, lo que facilita la adopción tanto para profesionales como para clientes. Las experiencias inmersivas pueden instalarse en dispositivos de realidad virtual desde cualquier lugar sin necesidad de desplazamientos. Esta accesibilidad acelera la toma de decisiones en fases clave del proyecto. Pardo lo explica con claridad. «Tener la representación hiperrealista del proyecto permite reducir errores muy comunes. Desde no entender las dimensiones reales de un dormitorio hasta comprobar si unas escaleras son demasiado estrechas o inclinadas».

La herramienta también ayuda a anticipar elementos más sutiles que, si se detectan tarde, pueden generar sobrecostes importantes. «Puedes ver in situ cómo incide la luz de otoño en un dormitorio maestro a las cuatro de la tarde y evitar problemas que detectados tarde pueden llevar a sobrecostes importantes. Con una comunicación más clara muchos de estos problemas se pueden evitar antes de que siquiera aparezcan». La diferencia frente a las herramientas convencionales se evidencia en ejemplos cotidianos. «Un salón parece enorme en una foto y luego te encuentras con un espacio mucho más estrecho por culpa del gran angular». Con los renders sucede algo similar, ya que «no sabes qué objetivo virtual se ha usado y pedir más puntos de vista encarece muchísimo el proceso». La realidad virtual elimina estos artificios y devuelve al usuario una percepción fiel del espacio. «Interpretar el volumen espacial de una imagen 2D no es lo mismo que entrar en un espacio y recorrerlo con tus proporciones reales».

Y Pardo lo resume con contundencia. «En VR no hay trucos. Ves cada detalle tal cual debería ser. Desde notar que una puerta es estrecha hasta comprobar si un sofá de tres metros te encaja con la mesa que tenías en mente».

El efecto en el cliente final es inmediato. «Cambia por completo. Pueden centrarse en detalles que sobre plano se dan por entendidos o directamente no se entienden». Además, la experiencia inmersiva les otorga autonomía y claridad a la hora de decidir. «Ya no dependen únicamente de la explicación del profesional. Lo comprenden mejor y ganan poder de visión. El proyecto se vuelve más suyo. Lo viven de forma más emocional. Ya no tienen que imaginar nada. Lo ven».

El alcance de CroqWorks Studio es amplio. Arquitectos, promotoras e inmobiliarias encuentran en esta herramienta una manera de reducir costes, acelerar ventas y aumentar la calidad de sus presentaciones. Pardo detalla esta versatilidad. «Un estudio puede usarlo para generar prototipos y maquetas virtuales reduciendo costes. Una promotora puede enseñar sus proyectos mucho antes y capitalizar antes sobre sus promociones». En el sector inmobiliario, el avance de los escáneres espaciales permite ofrecer visualizaciones de gran precisión incluso en proyectos que aún no existen. Para él, la clave está en su utilidad real. «Deja de ser bonito de ver para convertirse en una herramienta que acelera decisiones y mejora ventas. Lo mires como lo mires».